LA CAJA DE PENSAR

Si pretendemos conseguir avances significativos hay que pensar más allá de lo establecido, hay que pensar "fuera de la caja".



Pensar fuera de la caja es la capacidad de rediseñar esquemas tradicionales de pensamiento, saliiéndose de contexto, yendo más allá de la razón, actuando de manera flexible y así lograr nuevos resultados e innovar.

En este sentido, mirando el derecho hacia fuera -no hacia dentro, visión clásica y tradicional- podemos servirnos de herramientas económicas para optimizarlo, es decir, que resulte más eficiente.

Entre el paradigma clásico del derecho civil -basado en las reglas que establece el ordenamiento jurídico- y el paradigma del análisis económico -orientado a las decisiones-, existen diferencias radicales en términos de racionalidad subyacente y modo de concebir la idea de derecho subjetivo y de contrato.

El análisis económico del derecho (AED), al ser confrontado con la arquitectura conceptual del paradigma clásico del derecho civil, puede apreciarse de qué manera es posible una dogmática atenta a la decisión y a las consecuencias y no sólo a las reglas. Este nuevo paradigma aparece así no sólo como una simple moda, producto de un economicismo casi molesto, sino, en cambio, como una respuesta del análisis jurídico a las exigencias funcionales de las sociedades en curso de modernización.

El AED se corresponde a tres conceptos centrales que subyacen al paradigma del derecho civil: la idea de racionalidad, la idea de derecho subjetivo, y la idea o concepto de contrato- La idea de una vinculación estrecha entre el derecho entendido como sistema normativo y la economía es en verdad antigua y no pertenece, en puridad, a lo que hoy día denominamos análisis económico del derecho.

La economía descrita como teoría de la decisión, es decir, como un conjunto de proposiciones que intenta describir el acto de escoger, es una cuestión que viene de lejos y que no resulta fácil de detectar, y que ya aparece, por ejemplo, en la obra de Aristóteles, al considerar que buena parte de las acciones humanas equivalían a acciones mixtas, es decir, a acciones que se ejecutan "por evitar males mayores o por alguna causa noble", es decir a elecciones que compatibilizan lo que queremos y lo que podemos, nuestros deseos, por una parte, y la realidad por otra parte, adelantando, así, buena parte de la teoría de la decisión que subyace a la teoría económica.

Comentarios

  1. No me queda claro un elemento que se pueda considerar "paradigma" en el sentido de Kuhn, pero sí el hilo argumental de tu tesis.

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